domingo, 21 de abril de 2013

La empresa no puede olvidar de que es el principal motor de la sociedad


Que las empresas vayamos mal no puede ser la excusa para eludir nuestra responsabilidad para con la sociedad y entorno en el que desarrollamos nuestra actividad.

La empresa es el principal motor de las sociedades modernas, vivimos de su consumo, pero también cubrimos sus necesidades; el empleo, los bienes de consumo y la promoción de todo tipo de actos y necesidades culturales, deportivas, sociales, medioambientales etc., entre otras.

Hoy sería difícil concebir una sociedad sin empresas, sin empresarios, ni por supuesto lo contrario.

Es claro que la primera misión social de una empresa es generar empleo, pero no solo esa. ¿Qué pasaría en España o en cualquier país desarrollado si las empresas dejarán de aportar parte de sus recursos a cubrir las otras necesidades a las que me refería? Habría menos cultura, menos deporte, menos gasto en cubrir las necesidades básicas, en definitiva más problemas sociales y medioambientales.

No quiero que nadie entienda que hago este planteamiento para agradecer la labor social de la empresa, sino más bien lo contrario. Lo hago para resaltar que hacerlo no debería de ser una opción sino una obligación, aunque solo sea moral.

Alguien dirá que en los tiempos que corren hay que centrar todo el esfuerzo y los recursos en salvar a la empresa y el empleo. No le quitaré la razón, pero entiendo que mi planteamiento es compatible con hacerlo.

Si a la empresa le va mal a la sociedad le irá mal y viceversa. Por esto las empresas tenemos que implicarnos en los problemas sociales y poner recursos para atenderlos.
En Calidad Deportiva siempre hemos tenido claros estos principios. Por ello, hemos colaborado en nuestro entorno siempre que hemos podido y en la medida de nuestras posibilidades.

En estos años hemos generado mucho empleo directo e indirecto, pero también colaborado con la cultura, el deporte, las organizaciones, sociales, el medio ambiente, etc.

Ahora hay menos actividad y por tanto menos recursos, y muchos más problemas. Pero, también la sociedad tiene más problemas. Desentendernos de esos problemas sería un error estratégico, ahora que nos gusta tanto hablar de estrategias.

No hay mal que cien años dure. Estos tiempos pasarán y vendrán otros mejores. Es muy posible que las empresas que ahora ignoren a la sociedad, después reciban el mismo trato. Me enseñaron que la vida es un continuo “toma y daca”.

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