El gobierno nunca ha valorado los daños
colaterales que su política impositiva conlleva para los ciudadanos
y el emprendimiento entorno al deporte.
Dejar este tipo de decisiones en manos
de personas insensibles a la cultura, la educación o el deporte fue
un error que está causando mucho más perjuicio que beneficio.
Dudo mucho que la medida de incrementar
el tipo impositivo del IVA del 8 al 21% haya mejorado los ingresos
del Estado por este concepto. Pero, incluso siendo así, existen
otras valoraciones que se deben hacer a la hora de tomar estas
decisiones, y que sin duda no se han hecho o sin alguien las hizo se
equivocó.
Los centros deportivos públicos
(gestión en régimen de concesión) o privados han visto como han
bajado sus ingresos hasta en un 35%, o lo que es lo mismo han visto
reducir las visitas de usuarios o clientes a estos centros en un
porcentaje incluso superior.
Las consecuencias no pueden ser peores,
menos practicantes del deporte con una incidencia directa en los
hábitos deportivos y la salud de las personas, menos ingresos y por
tanto cierre de centros deportivos y despidos de trabajadores.
¿Alguien en el gobierno pensó que
esto podía ocurrir?, estoy convencido de que no. Debieron pensar en
la dichosa competitividad y que los centros asumirían el incremento
de un 13% rebajando sus beneficios. La estrategia del gobierno era
clara, mayores ingresos para el Estado por IVA a costa de los
beneficios del sector. No pensaron, entre otras razones porque
desconocen al sector, que los beneficios ya estaban muy ajustados y
que la mayoría de los centros no podía asumir ese incremento.
Quienes lo hicieron lo están pasando muy mal, los que siguen, y
quienes lo repercutieron a sus usuarios o clientes han visto como se
han reducido significativamente y los ingresos han caído.
Al igual que la cultura, el deporte
tiene que reivindicar con fuerza e insistencia que el IVA vuelva al
8%, es la forma de recuperar parte de lo perdido y restaurar los
daños producidos. Es verdad que el deporte, la parte de gestión de
centros deportivos, tiene menos presencia mediática y por tanto un
altavoz menor ante la sociedad. Sin embargo eso no debe ser obstáculo
para reivindicar lo justo. La razón está de nuestra parte y los
argumentos son muy sólidos.
Por su parte el gobierno tiene que
escuchar, que menos que eso le podemos exigir a quienes nos dirigen.
Tiene que leer y contrastar los cientos de informes que existen sobre
el tema, y bajarse del pedestal de la sin razón.
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