Nadie parece darse cuenta del riesgo que corre
la liga de fútbol de primera división nacional. El desequilibrio entre los
contendientes es de tal magnitud que la competición comienza cada año a
sabiendas de que el ganador será el Madrid, el Barca y excepcionalmente
Atlético.
Casi siempre fue así, pero en los últimos años
la situación se agranda a pasos agigantados. Madrid y Barca, cada temporada,
hacen fichajes multimillonarios, lo mejor de lo mejor en el mercado mundial.
Mantener una competición en las condiciones
actuales es complicadísimo. La totalidad de los equipos, a excepción de estos
dos, aspiran a no descender y en el mejor de los casos a clasificarse para una
competición europea, pero no a ser el campeón.
No parece que la LFP o el CSD tengan mucho
interés en resolver esta situación, al menos no lo demuestran. La solución no
es excesivamente complicada, salvando los enormes intereses de estos dos
clubes. Este problema ya existió en la NBA y los clubes se sentaron y
encontraron soluciones, que ahora podría adaptar la LFP.
El problema se genera a partir de la capacidad
de recaudar de los clubes en competición. Especialmente en lo referente a los
ingresos que perciben por los derechos de la TV. En la temporada 13-14, los
clubes de primera se repartieron 755 millones de euros. Casi el 40% entre
Madrid y Barca. Cada uno recibió algo más de 150 millones de euros, por el
contrario el Almería, Valladolid o Rayo Vallecano solo recibieron 18 millones
de euros.
El Madrid tuvo la pasada temporada un
presupuesto de 520 millones de euros, el que más, el Barca de 509 millones y el
Almería de 23 millones. ¿Se puede competir con estas condiciones?
Ya sabemos que el Madrid y el Barca son los
más demandados por los telespectadores, pero que pasaría si, por ejemplo, el
resto de los clubes cuando se enfrenta a estos alinearán a sus equipos
juveniles. Es evidente que las audiencias caerían en picado y también lo
ingresado por las TV y Madrid y Barca. Quiero llegar a la conclusión de que
siendo los más demandados, necesitan a los adversarios para dar espectáculo.
Por tanto, urge un reparto más justo y
equilibrado de los ingresos por TV.
Además, la LFP debería poner un tope a los
presupuestos de los clubes. Esto permitiría una mayor igualdad a la hora de
gastar y por tanto a la hora de fichar.
En definitiva, una mayor igualdad en los
ingresos y en los gastos traería una competición más saludable y atractiva.